El sistema defensivo del
Alcázar no se acaba en las murallas que lo cercaban hacia la calle San Fernando
y el puerto, sino que tenían un cierre que miraba hacia la propia ciudad y que
comunicaba la alcazaba donde vivían los gobernantes en época almohade con la
nueva Mezquita aljama cuyas obras culminarían en 1184. De estos lienzos de
muralla apenas se ha conservado nada en el plano físico, pero sí en la toponimia
de la ciudad. La Puerta de la
catedral más cercana a la Giralda se conoce como Puerta de los Palos porque en
este punto existió un acceso al recinto amurallado que separaba la ciudad del
conjunto palatino. El nombre de
'Palos' viene por los canceles de madera que cerraban dicha puerta.
Pero volviendo al sistema
defensivo del Alcázar que a día de hoy aún conservamos, seguimos nuestro
recorrido en el punto donde dejamos la anterior entrega, el Patio de Banderas. En una de las esquinas de la antigua Plaza de Armas del Alcázar
encontramos un angosto pasillo con dos recodos que nos llevan a la conocida
como calle Judería. Un lugar muy
famoso en la ciudad por su belleza, pero también por su importancia como
escenario de la ópera Carmen de Bizet. En el arco que da a la calle Judería
podemos ver cómo se conservan los goznes donde estarían ubicadas las puertas
que cerraban este pasadizo cuyo fin era
salvaguardar la seguridad de los gobernantes de Isbiliya.
La
actual calle Judería, con su romántica morfología regionalista (fuente
incluida) esconde en realidad una vía de escape del Alcázar para huir de la ciudad
en caso de asedio o revuelta, porque como ya hemos visto, el período almohade
en la ciudad se caracterizó por una fuerte inestabilidad social. Si miramos hacia el pasadizo por el que acabamos
de pasar vemos que en la parte superior se conserva una torre defensiva y que a
izquierda y derecha tenemos murallas; estamos dentro del recinto de la alcazaba
almohade pero en una zona especialmente vigilada y controlada.
Al
fondo de la calle, casi oculta por el caserío, encontramos una pequeña puerta
protegida a su vez por otra alta torre con un potente matacán desde el que
poder defenderla. Esta puerta se comunica con los Jardines del Alcázar,
exactamente con la zona donde se ubica la Puerta de Marchena.
Desde dentro de los Jardines
esta es la visión que tenemos y a la derecha se reconoce la pequeña puerta. En la actualidad se trata de una zona
ajardinada del Alcázar, pero en época almohade estos jardines acababan en la
parte interior de la Puerta de Marchena (que es un añadido de principios del siglo XX). Todo este muro era una
potente muralla que seguía por la Galería de Grutescos y protegía el Alcázar. La pequeña puerta estaba por lo tanto fuera
del recinto, daba a campo abierto y estaba muy cerca del río, era la
escapatoria perfecta para huir en caso de revueltas populares,
pero también suponía un punto débil en las defensas de la ciudad, de ahí que
esté protegida por la torre que vemos en la imagen y que una vez traspasada nos
encontremos con poco más que un pasillo desde el que sería fácil contrarrestar
un ataque.
Volviendo a la calle Judería
nos encontramos otro lienzo de muralla en lo que se conoce como Callejón del Agua. Este muro además
de defender esta zona de la ciudad tenía una misión fundamental en el día a día
del Alcázar, suministrar el agua que llegaba desde los Caños de Carmona,
ubicados un poco más al norte. De nuevo vemos una serie de torres y almenas con
su paso de ronda para permitir el trasiego del ejército y velar por la
seguridad de Isbiliya.
Dos
grandes conductos cerámicos recorren este muro en su parte interna. Hoy en día son perfectamente visibles gracias
a los cortes efectuados en la muralla para comunicar el barrio de Santa Cruz
con los Jardines de Murillo pero en su día quedaban ocultos para garantizar el
abastecimiento del Alcázar y evitar posibles daños.
Tras el corte, la muralla
prosigue unos metros más como telón de fondo de los Jardines de Murillo,
completamente embutida en el caserío de la zona.
Una última torre de planta
cuadrangular muy modificada para convertirla en vivienda es visible en todo su
esplendor antes de llegar a la Plaza de Refinadores donde el rastro se pierde
definitivamente.
En otro de los accesos al
barrio de Santa Cruz podemos ver cómo siguen las dos tuberías.
Los restos de una última
torre sirven de epílogo a este sector de la muralla que no volverá a tener
cierta envergadura hasta el tramo de los Jardines del Valle, aunque se conserva
un pequeño lienzo junto a lo que fue la Puerta de Carmona. Pero eso lo veremos
en la siguiente entrega.
Ver 'Las murallas de Sevilla
(I): El Puerto almohade' (enlace)
Ver 'Las murallas de Sevilla (II): El Real Alcázar' (enlace)
Ver 'Las murallas de Sevilla (IV): La Ronda Histórica' (enlace)
Ver 'Las murallas de Sevilla (V): La Defensa contra el Río' (enlace)
Ver 'Las murallas de Sevilla (II): El Real Alcázar' (enlace)
Ver 'Las murallas de Sevilla (IV): La Ronda Histórica' (enlace)
Ver 'Las murallas de Sevilla (V): La Defensa contra el Río' (enlace)
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